“En el corazón de un valle lleno de limoneros y naranjos, en Sóller, en la isla de Mallorca, tres amigos se reunieron en un jardín para degustar un Limoncello elaborado por uno de ellos. Ese día nació la idea de elaborar un Limoncello auténtico, artesanal y ecológico.”
de mallorca
Cuando tres amigos que vivían en Sóller, Valery, Lluc y Joaquín, se reunieron para compartir buenos momentos juntos, se dijeron que un día crearían licores a partir de los limones y las naranjas que les rodeaban...
Entre Valery, experto en vinos y licores, Lluc, de origen sollerique, y Joaquín, productores de cítricos ecológicos, esta idea tomó forma. Y así, después de un año de reflexión y trabajo, finalmente nació el proyecto y lanzamos los primeros licores de cítricos ecológicos producidos en las Islas Baleares ....
Además del placer de compartir nuestro Llimencello y Taroncello caseros, no podrían haber sido creados sin la voluntad y la amistad de tres amigos, Valery, Lluc y Joaquín, muy apegados a Mallorca, a su isla, a Soller y a su historia. Desde hace años nos entristece ver que muchos limones y naranjas caen al pie de los limoneros y naranjos, sin ser recogidos. Así que pensamos en aprovechar esta materia prima de calidad para crear un licor 100% natural y ecológico, hecho en Mallorca, con estos limones y naranjas ecológicos de Sóller, que provienen del huerto de Joaquín por un lado y de una finca ecológica de Sóller por otro.
Nuestro Llimoncello, nacido en Sóller, debe beberse frío, muy frío, preferiblemente después de mantenerlo en un lugar fresco entre 0 y 5 grados. Puede disfrutarse como aperitivo con hielo picado, como cóctel o al final de una comida como digestivo. No es raro que se quiera degustar como acompañamiento de ensaimadas o un postre de limón. También es perfecto para aromatizar una ensalada de frutas frescas, un sorbete, pasteles y, por supuesto, ¡según sus creativas y originales recetas!
A la vista, su color oscila entre el amarillo intenso y el naranja. En el paladar, sus notas de limón cubren la boca, apoyadas por acentos de cáscara amarga y dulce. El soporte alcohólico no está muy marcado, aunque es de 30 grados. Lo que recordamos es esa dulzura del limón, con notas afrutadas y delicadas, que cubren el paladar con una frescura cítrica.
